Un Via Crucis del Cristo de la Buena Muerte recorre las calles del casco histórico por el I Centenario de Ortega Brú

Sábado, 10 Septiembre 2016

La imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, obra del genial imaginero sanroqueño Luis Ortega Brú, ha realizado hoy sábado 10 de septiembre, coincidiendo con el centenario del nacimiento del artista, un Vía Crucis extraordinario por las calles del casco histórico.

CENTENARIO ORTEGA BRÚ NOTICIA 12 SEPTIEMBRE 2016

La eucaristía comenzó a las 20:30 horas en la Parroquia Santa María la Coronada, y posteriormente se celebró el Vía Crucis hacia el Cementerio de la ciudad, que contó con la presencia del alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y varios ediles de la Corporación.

En el lugar donde se ubicaba el ciprés en el que Ortega Brú esculpió el cristo, en el cementerio San Miguel, se hizo una ofrenda floral por parte de los miembros de la Corporación y de la Hermandad.

El Via Crucis ha estado organizado por la Venerable Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Amargura para conmemorar el nacimiento del insigne escultor e imaginero sanroqueño Luis Ortega Bru.

La eucaristía comenzó a las 20:30 horas, y posteriormente se celebró el Vía Crucis hacia el Cementerio de la ciudad con el siguiente recorrido: Parroquia Santa María la Coronada, Plaza de la Iglesia, Rubín de Celis, San Nicolás, La Paz, Plaza Espartero, Vallecillo Luján, Tambor, Conde de Lomas, Coronel Moscoso, Cuatro Vientos, Cementerio San Miguel, Cuatro Vientos, Coronel Moscoso, General Lacy, Almoraima, San Felipe, Plaza de la Iglesia y a la parroquia. El Vía Crucis llevaba acompañamiento de velas, pero no penitencias.

El cortejo estuvo compuesto por Cruz de Guía, faroles y bacalao, con el acompañamiento de las Juntas de Gobierno de las hermandades y música de capilla. También lo integraron monaguillos y acólitos.

No iba en el trono de Semana Santa sino en una estructura que lo hace ir tumbado, y fue portado por dos costaleros del Buena Muerte y Nuestra Señora de la Amargura, que se iban turnando, hasta su llegada al mosaico del cementerio de San Miguel. Desde el día 3 de septiembre estaba expuesto en su capilla de manera extraordinaria.