Representación institucional ayer tarde en la Misa de Difuntos por el padre Atacho

Jueves, 7 Junio 2012

El padre Salvador Atacho, “el cura de Guadiaro”, recibió en la tarde de ayer, miércoles, el homenaje de los vecinos de la zona durante una Misa de Difuntos que se celebró en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, de la que fue titular tantos años. A la eucaristía asistieron el alcalde accidental, Manuel Melero, y el teniente de alcalde delegado del Valle del Guadiaro, Juan Roca.

MISA PADRE ATACHO

Melero recordó que Atacho recibió el pasado 21 de mayo una Mención de Honor del Ayuntamiento de San Roque, “por lo que estar hoy aquí como representación institucional cobra todavía mayor sentido. Sentimos mucho la pérdida y queremos trasladar nuestro apoyo a las personas que querían al padre Atacho”. Por su parte, Juan Roca indicó que “tuve el honor de estar en Pilas la semana pasada en el entierro, y allí se le dio también un homenaje, lo que demuestra que era muy querido allí donde vivió. También se, a través de su familia, que el padre Atacho estaba muy feliz por el reconocimiento que le dio el Ayuntamiento. Así que se que allá arriba va a agradecer mucho que hoy estemos aquí dándole el último adiós”. Salvador Atacho Rodríguez nació en Pilas (Sevilla) en noviembre de 1920. Tras su ordenación como sacerdote fue destinado durante once meses a la ciudad de Puerto Real y, posteriormente, a la parroquia de Guadiaro. En su nuevo destino encontró numerosas necesidades y lo primero que hizo fue dirigir una carta al gobernador civil, dando cuenta de ello. Gracias a esta iniciativa personal se llevaron a cabo varias mejoras como la del puente que unía Secadero con Tesorillo. En bicicleta recorría las poblaciones del Valle de Guadiaro, preocupándose por los problemas de los vecinos. En una ocasión, al detenerse para cruzar la carretera en dirección a Tesorillo, se bajó un señor del coche que circulaba detrás. Le preguntó éste por el hecho de circular en bicicleta y que debía pedir una moto a la Diputación Provincial. Don Salvador no pudo reprimir la risa, pero ¿cuál no fue su sorpresa cuando dicho señor se identificó como el propio presidente de la Diputación? Don Salvador en vez de recoger la moto que le habría de facilitar esta institución provincial, pidió a cambio, material escolar. En 1955 organizó la primera procesión marinera dedicada a la Virgen del Carmen. En ese año bendijo la iglesia de Torreguadiaro dedicada a dicha advocación. Del mismo modo promovió la construcción de las iglesias de Guadiaro y San Enrique. Promovió la construcción de viviendas para los pescadores de Torreguadiaro y colaboró en la fundación de la cooperativa agrícola de San Enrique. En una entrevista para la revista “Alameda” contaba a la periodista Belén López como en los años de estraperlo acudía casi a diario al cuartel de la Guardia Civil para intentar convencer a los guardias para que diesen parte de la mercancía incautada, pero que no denunciasen a las personas que la llevaban. Comprendía don Salvador que muchas familias se quitaban el hambre con el pequeño contrabando de café, galletas o tabaco. Su carácter afable y comprometido hizo que rápidamente se acercara a todos los habitantes de estas poblaciones y a ser querido por todos los que le trataban. Se jubiló en 1996, marchando a su ciudad natal. Desde entonces no ha dejado de estar vinculado con las gentes del valle del Guadiaro, ya que todos los años visita la zona desde julio a septiembre, residiendo durante esos meses de Torreguadiaro y atendiendo la capilla de Nuestra Señora del Carmen. Por todo ello, el Ayuntamiento de San Roque, por absoluta unanimidad de sus miembros, acordó concederle la Mención de Honor de la ciudad, que le fue entregada en el Pleno Institucional celebrado el pasado día 21 por el teniente alcalde Juan Roca.